“Me gusta que los chicos y chicas me vean como alguien que los puede escuchar y ayudar”

8/06/2018

¿Cuándo empezaste a participar en el Casal dels Infants?

Empecé en el Casal con 14 o 15 años, participando como ayudante de comedores escolares, muy pocas horas, en el que también me ofrecieron una pequeña formación la intervención socioeducativa con niños y niñas. Y después de primeros años como voluntario entré a trabajar en la asociación. Ahora soy auxiliar educativo al Casal Obert d’Adolescents (COA) del Raval, concretamente con el grupo de 1º y 2º de ESO.

¿Qué se hace en el Casal Obert d’Adolescents del Casal dels Infants?

Es un espacio para chicos y chicas de 1º a 4º de ESO que vienen tres tardes a la semana. Hacen distintas actividades, que se planifican en función de sus demandas y de lo que el equipo educativo consideramos que conviene al grupo. Podrán hacer, por ejemplo, guitarra, manualidades, refuerzo escolar… Hay un día a la semana que hacemos deporte y otro que hacemos una actividad en la que participa todo el grupo junto.

 

En Miquel en ple partit de bàsquet amb nois i noies de COA Raval.
Miquen en pleno partido de básquet con chicos y chias del COA Raval.

 

¿Y por qué es importante que los chicos y chicas puedan participar en estas actividades?

Para mí, hacemos que los chicos y chicas pasen el tiempo de una manera normal, de la manera en que lo harían si tuvieran posibilidades de aprovechar el tiempo libre. Si estos chicos y chicas no están aquí, no desaparecen, están en otra parte. De la misma manera que todo el mundo tiene en la cabeza los riesgos de las drogas o de estar demasiado tiempo en la calle, me preocupa aquel chico o chica que está todo el día metido en casa, que no se relacionan por las tardes. Tenemos muchos casos en los que conseguimos que vengan, que se abran y hacen un proceso impresionante. Es importante ofrecer este espacio seguro a los adolescentes, porque a veces no lo encuentran en otras esferas.

«Me preocupa aquel chico o chica que está todo el día metido en casa, que no se relaciona por las tardes. Tenemos muchos casos en los que conseguimos que vengas, que se abran y hagan un proceso impresionante.»

¿Cómo te sientes dentro del equipo?

Siempre me he sentido en casa. Uno de mis grupos de amigos más sólido lo he hecho aquí, con gente del equipo. El buen trato entre nosotros es muy importante, porque a veces las cosas no van bien. Quizás las actividades no salen como las habíamos planeado, o los chicos y chicas han tenido un mal día en la escuela… Lo que es importante es que como equipo consensuemos cómo intervenir. Y contamos con el apoyo de las personas voluntarias, que vienen con una predisposición brutal para echar una mano.

 

En Miquel jugant al futbolí a l'espai del COA Raval.
Miquel jugando a futbolín con chicos chicas del COA Raval.

 

Hablando de las personas voluntarias, ¿cuál es su impresión del COA cuando lo conocen?

A veces vienen inseguras: “Cómo me portaré con los adolescentes?”, piensan. Es esta idea que a veces tenemos de que la adolescencia es un tema a tratar de puntillas… ¡Pero en cuanto entran por la puerta del COA se enamoran del proyecto!

¿Ser un educador joven te ayuda en tu trabajo?

Cada uno tiene sus “armas”. Una persona de 30 años tendrá más bagaje, más experiencia en la vida. ¡Yo cuando entré al COA tenía 20 años! Sabía de Youtubers, de deportes, de las noticias que siguen a los chicos y chicas… el vínculo afectivo y de buen rollo fue instantáneo. Mi parte más difícil fue situar el límite de este vínculo con los chicos y chicas.

«Una persona de 30 años tendrá más bagaje. Yo cuando entré en el COA sabía de Youtubers, de deportes, de las noticias que siguen los chicos y chicas… ¡el vínculo fue instantáneo!

¿Cómo ves el barrio del Raval?

Desde que tengo memoria he visto cambiar mucho el Raval, hacia mejor. Ahora hay muchas entidades que trabajan por la gente de aquí, la que vive en el barrio. Pero el estigma de asociarlo a peligros, en parte, sigue. Sobre todo en gente más adulta. Eso sí, el turismo y las tiendas bonitas no tapan que los pisos están sobreocupados, en malas condiciones y que hay una densidad de población que no te la encuentras en otra parte. La preocupación que queda es que muchos pisos se reforman, pero después no entra a vivir en ellos la gente del barrio. Los vecinos y vecinas tienen que irse a la periferia de Barcelona.

Di alguna cosa que te haya marcado durante estos años en el Casal dels Infants.

Que me vean como un referente, no por el hecho de ser joven y que pueda parecer un monitor guai, sino porque son conscientes que, pese a que discutamos, les escucho y les digo cosas que les pueden ayudar. Después de tantas batallitas vividas con ellos y ellas, esto me hace saber que hay algo que se les está quedando pegado y que se llevarán fuera de aquí.

Entrevista“Me gusta que los chicos y chicas me vean como alguien que los puede escuchar y ayudar”