El proyecto Espai Salt-ut del Casal Familiar, del Casal dels Infants de Salt, ha sido uno de los seis proyectos ganadores de la convocatoria ‘Brúixoles comunitàries’, impulsada por ECAS (Entitats Catalanes d’Acció Social) para mostrar que la acción comunitaria mejora la atención de las personas y promover buenas prácticas que se puedan replicar en otras entidades del tercer sector.
Así, ‘Espai Salt-ut’ es un proyecto que promueve el bienestar emocional y el empoderamiento de las mujeres de Salt participantes en el Casal, mediante un espacio seguro, de autocuidado, apoyo mutuo y participación comunitaria. El proyecto pone énfasis en la interacción entre mujeres de diferentes orígenes, entornos culturales y religiosos, la conexión con la comunidad y la sensibilización y prevención de la violencia de género.
La iniciativa surgió a raíz de las necesidades detectadas entre el Casal, el Servei d’Informació i Atenció a les Dones (SIAD) y la referente de bienestar comunitario del CAP Salt, que colaboraron para arrancar el proyecto.
El contexto de Salt y de sus ciudadanas
Salt es un municipio de la provincia de Gerona, de 34.000 habitantes, de los que más de un tercio (el 37%) es de origen extranjero, según datos de Idescat del 2024. Además, el municipio tiene una de las rendas por habitante más bajas de Catalunya (la cuarta empezando por la cola): 13.709 €/habitante, según datos del 2022. La media catalana es de 19.140 €/habitante.
Entre los tres agentes, pues, detectaron que en estas mujeres convergían diferentes variables que precarizaban y hacían más frágiles sus situaciones. Por encontrarse en situación de riesgo de pobreza, las mujeres tenían pocos o nulos ingresos económicos propios, hecho que les generaba dependencia y más dificultades para huir de relaciones abusivas. Por ser migradas, se habían encontrado en situaciones de discriminación racial, tenían poco conocimiento de la lengua, falta de apoyo social y se encontraban en situación administrativa no regularizada. Por tener baja formación educativa, les dificultaba el acceso a trabajos bien remunerados.
Además, coincidían en mostrar una falta de conocimiento sobre los recursos públicos y sus derechos, en sufrir problemas de salud mental o física, y en tener que cargar con las responsabilidades y cuidados de la familia.
Apoyo entre mujeres, empoderamiento y conexión con el entorno
Así, el proyecto se centró en generar espacios de apoyo mutuo, favorecer la inclusión de las mujeres trabajando sus competencias personales, sociales, relacionales y de participación, identificar y prever situaciones de violencias y, en general, mejorar su bienestar personal y emocional.
Con una mirada integral y interseccional, el acompañamiento se ha personalizado teniendo en cuenta la diversidad y las particularidades del grupo para facilitar a las mujeres participar en el proyecto. Se les ha ofrecido talleres para lograr conocimientos sobre sus derechos y herramientas de protección, así como visitas a los recursos del territorio, de ámbito social, laboral, jurídico y cultural. Se ha conectado con 20 recursos del municipio.
También se les ha traspasado la capacidad de autogestión del espacio, promoviendo espacios de debate, decisiones y generación de acciones. Por ejemplo, participaron en la actividad comunitaria del 25N (Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres), en la semana de la salud y actividad física del municipio, y en la actividad comunitaria de la tercera edición de la jornada de ‘Les dones i cuina marinera’.

Instantánea del taller de cocina entre mujeres de la tercera edición de la jornada de ‘Les dones i cuina marinera’ (Fuente: Televisió de Girona)
Los resultados han sido muy positivos entre las participantes. Ellas mismas han percibido una mejora en su bienestar emocional y han aumentado sus relaciones sociales desde que participan en el Casal Familiar. El proyecto es para ellas un espacio de seguridad, confianza mutua, y libertad de expresión.
‘Brúixoles comunitàries’
Junto con el Casal dels Infants, cinco entidades han sido ganadoras del proyecto ‘Brúixules comunitàries: Fundació Privada Idea, Colectic, Càritas Barcelona, Fundació Main y ABD.
El objetivo de la convocatoria era visibilizar como la acción comunitaria mejora la atención a las personas, descubrir buenas prácticas para transferir y replicar en otras entidades e inspirar nuevos proyectos de acción social.
A partir de esta selección, ECAS lanza un laboratorio de cocreación entre todas las entidades socias para penjar y trabajar de manera colectiva nuevos proyectos comunitarios que mejores las condiciones de vida de las personas migradas o racializadas. Además, a partir del 1 de diciembre, los proyectos seleccionados formarán parte de una campaña de visibilidad en Jornal.cat.
