Whanau, un nuevo servicio preventivo para fortalecer familias ante situaciones de riesgo

15/07/2025

 

La sala de Whanau, al final de todo del local del Casal dels Infants del Raval, minimalista, de tonalidades neutras y con butacas bajas, invita a sentarse, pausar el ritmo, relajarse y empezar a vaciar y compartir. Esta sala se ha convertido en el espacio seguro de algunas familias del barrio, donde son acompañadas para un proceso de cambio. 

Whanau es un servicio que atiende familias con niños y niñas que viven situaciones especialmente complejas para que se puedan rehacer rápidamente, y así garantizar la permanencia de los niños y niñas con sus familias. Actuando desde la prevención, Whanau trabaja para empoderar las familias y sus capacidades parentalesm mejorar la comunicación entre sus miembros, y conectarlos con la red de servicios y del entorno para generar vínculos de apoyo en el barrio.

«Antes de llgar a Whanau, iba un poco sin rumbo. No entendía situaciones y cosas que me habían pasado. Ahora, me ha servido para entender un poco mejor la vida, saber establecer límites y, tanto a mí como a mi hija, para coger mucha más seguridad y confianza en nosotras mismas«, explica Elisabeth, madre participante de Whanau.

El servicio, que empezó en el barrio del Raval en octubre de 2024, ha atendido durante este período 21 familias. Se trata de un proyecto piloto del Casal, subvencionado por el Hub d’Innovació Social i Sanitària (HISS) y el Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya. “Todo el mundo estaba muy de acuerdo en que era una propuesta necesaria y que permitía construir un camino con el acompañamiento de la comunidad y las redes de apoyo muy importante para la población vulnerable, como la infancia y la adolescencia», recuerda la directora del HISS, Sió Heredia.

 

Desde la prevención hacia la permanencia de los niños, niñas y adolescentes con sus familias

 

El equipo de Whanau -que en la lengua maorí se refiere al concepto de familia extensa- está formado por dos psicólogas, una de ellas de la Fundació Hospital Pere Claver, y una educadora social

El equipo atiende a las familias desde un enfoco sistémico, teniendo en cuenta las dimensiones personales, familiares y comunitarias, y con una mirada preventiva. «Atendemos antes de que las fracturas familiares sean irreversibles, entendiendo que las situaciones de elevada vulnerabilidad que acompañamos podrían abocar a situaciones de institucionalización de los niños, niñas y adolescentes, sin esta atención intensiva, preventiva, restaurativa y personalizada», explica Esther Mas, educadora social de Whanau. 

La intervención de este servicio se caracteriza por desarrollarse en sesiones individuales, tanto con los progenitores como con los niños y niñas, que tienen lugar semanalmente. En estas sesiones, se trabajan las competencias parentales para empoderar los padres y las madres, se acompaña en la mejora de las dinámicas familiares, favoreciendo la comunicación e identificando y reformulando los patrones que pueden ser disfuncionales, con el objetivo de establecer un modelo de convivencia más favorable

 

 

“He visto muchos cambios positivos”, afirma Elisabeth, de 37 años, de Barcelona, y con una hija de 4. “He aprendido a establecer límites, a tomarme aspectos de la vida de manera más positiva, a tener más tolerancia y ser más empática. Mi hija también ha cambiado muy positivamente, sabe pedir las cosas desde el respeto», sigue.

Además, el equipo mantiene una coordinación constante con los recursos de la red, para amplificar el acompañamiento y que sea sostenible en el tiempo. «Sobre todo vinculamos las familias a los recursos del barrio para que se sientan apoyadas y puedan ampliar su red; rompemos muchas barreras de solitud y aislamiento«, señala Andrea Arias, psicóloga de Whanau.

 

 

Aprender, comprender y coger confianza 

 

Otra participante de Whanau es Sayma, de 27 años. Tuvo dificultades para encajar el diagnóstico de su hijo de 4 años, que tiene autismo, y comunicarlo a su familia, que viven en Bangladesh, su país natal. «Me sentí muy afectada emocionalmente, lloré mucho. Cada día era muy difícil, estaba muy triste y preocupada», recuerda. 

Después de participar en el programa, Sayma nota cambios en ella, su família y su hijo. Ha aprendido sobre el autismo, hecho que le ha permitido acceptarlo y compartirlo con la familia. También dice que sabe moverse por la ciudad sola, cogiendo el bus y el metro, y que para conseguirlo le han ayudado las clases de castellano que hace con una voluntaria del Casal. La relación con su hijo ha mejorado, así como la relación del niño con sus amigos y amigas en la escuela, con la familia y el entorno.

«Para mí venier a Whanau ha isgnificado aprender y comprender mucho, y tener confianza. Mis padres viven en Bangladesh, y cuando me siento sola, me ayuda venir al Casal», afirma.

Así, Whanau no ha estado solo un espacio seguro para las familias, sinó también un recurso para el aprendizaje y la mejora de las capacidades parentales, para revisarse y afrontar su situación desde una nova perspectiva, y conectarse con la comunidad que les rodea. «Hay familias que tienen una situación de gran vulnerabilidad y complejidad, que necesitan un acompañamiento muy intenso y profesional para poder hacerle frente y garantizar a sus hijos un entorno familiar estable y seguro donde poder crecer«, concluye Arias.

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