Infancia y jóvenes migrantes

22/12/2020

 

Desde el año 2015 hasta hoy, 9.000 niños, niñas y jóvenes sin referentes familiares han llegado a Cataluña huyendo de situaciones de pobreza y violencia en su país de origen y en busca de una vida mejor y digna, con más seguridad, libertad, educación y oportunidades.

Son jóvenes con historias de vida como la de Abdoul, que con su sonrisa franca y contagiosa nunca te haría imaginar la dureza de las experiencias que ha vivido.  

Ahora su vida es en Barcelona, muy lejos del pequeño poblado de la región de mamou donde nació hace dieciocho años, en Guinea Conakry. Solo cuando te adentras en sus ojos te das cuenta, cuando chocas con la madurez de un hombre muy mayor y viejo que te descoloca, con una mirada que ha visto demasiado. 

En 2015 Abdoul empezaba a caminar para venir a España, sería un viaje de dos años y más de 8.000 km hechos a pie y en autobús, al lado de su hermano mayor, persiguiendo el sueño de una vida mejor. La vida en África era muy distinta, problemas para conseguir la comida, estudiar, construirse un futuro…

La primera etapa de su viaje les llevó a cruzar Mali, sobreviviendo en condiciones extremas, caminando durante semanas sin comer ni beber nada, viendo cómo otras personas morían a su alrededor. La violencia también fue una constante durante todo el viaje. 

Continuaron cruzando Argelia, donde encontraron mucho racismo, rechazo y pobreza. Entrar en Marruecos tampoco fue fácil, lo hicieron por la valla. Entraron en Uchda a las once de la noche y estuvieron hasta la mañana siguiente corriendo con la policia y los perros detrás de ellos. 

El primer intento de los dos hermanos para cruzar a España fue por la frontera de Ceuta, pero no lo consiguieron. El segundo intento fue mucho más peligroso, cruzando en patera el mar de Alborán desde un punto cercano a Melilla. Tuvieron que ir en pateras separadas porque no les dejaron negociar viajar en la misma. Desgraciadamente, la patera en la que viajaba el hermano de Abdoul naufragó y ninguna de las personas que viajaban en ella pudo llegar a su destino. Un barco de la Marina rescató la patera en la que viajaba Abdoul. 

Llevaron a Abdoul a Motril y de allí a un centro de menores de Granada. Fue muy duro para él encontrarse aquí sin su hermano. Finalmente llegó a Barcelona. 

Tras procesos migratorios tan duros como el de Abdoul y miles de jóvenes como él, las administraciones públicas tienen la responsabilidad de asumir la tutela y acogerlos en centros residenciales, como pasa con cualquier otro niño o niña sin referentes familiares. 

Cuando son mayores de edad ya no se les tutela, pero, deben hacer frente a graves trabas administrativas para obtener el permiso de residencia y de trabajo. Un obstáculo injusto y arbitrario que, en la mayoría de casos, hace muy difícil que las empresas les puedan ofrecer una oportunidad laboral. Sumado a la estigmatización de los discursos racistas, vulnera los derechos de estos chicos y chicas y dificulta que puedan tirar adelante y valerse por ellos mismos. 

Desde el Casal dels Infants pedimos que no se criminalice a los niños, niñas y jóvenes sin referentes familiares. Pedimos a los gobiernos medidas de protección e inclusión reales que garanticen sus derechos y la igualdad de oportunidades. 

Abdoul es un superviviente, su viaje le ha traído hasta aquí, tiene muchos sueños que quiere cumplir y a los que no está dispuesto a renunciar. Miles de chicos y chicas migrantes siguen esperando su oportunidad. Que les acabe llegando es difícil a causa de la ley de extranjería, una norma que ya vulneraba gravemente los derechos de los jóvenes migrantes y que ahora les pone más trabas a causa de una interpretación todavía más restrictiva por parte del Tribunal Sumpremo.

Es necesario que las instituciones públicas europeas, estatales, autonómicas y municipales garanticen medidas que protejan los derechos y oportunidades de todos los niños, niñas y jóvenes, independientemente de su país de origen o condición. Es fundamental conocer la realidad de la infancia migrada y adoptar las medidas necesarias para velar por su bienestar. 

 

Firma si estás de acuerdo y ayúdanos a sumar más voces a favor de las medidas urgentes que garanticen la igualdad de oportunidades y el cumplimiento de los derechos de todos los menores. 

Entre todos y todas podremos construir una sociedad más justa en igualdad de oportunidades

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