Por un almuerzo adecuado y con contenido socioeducativo (también en los institutos)

19/10/2018

Faltan pocos minutos para las 15 h cuando una de las aulas del instituto Terra Roja de Santa Coloma de Gramenet se transforma en comedor, un mediodía más. El servicio de cátering ya ha traído el almuerzo y muchas manos adolescentes se organizan para poner la mesa y servir la comida. A 90 kilómetros de distancia, en el instituto Salvador Espriu de Salt, el proceso se repite. Son los chicos y chicas que participan en el servicio Refuerzo de la Alimentación Infantil en la ESO (RAI-ESO), un servicio de la Fundación Probitas que desarrolla el Casal dels Infants —en el caso de Santa Coloma de Gramenet, también con el apoyo del Ayuntamiento—.

¿Cuál es la causa de que muchos adolescentes no tengan acceso a un servicio de comedor? El punto de inflexión es la incorporación de la jornada compactada en la mayoría de institutos desde el curso 2012/2013, que ha provocado que muchos de estos centros de secundaria dejaran de ofrecer el servicio de comedor. “Ahora los alumnos dejan de estar acompañados a las 14.30 h. Muchos tenían una beca de comedor de primaria. Ahora, ya sea por las dificultades económicas de su familia o porque los padres trabajan y no están en casa al mediodía, no pueden almorzar adecuadamente”, explica Yurena Garcia, educadora del RAI-ESO de Santa Coloma juntamente con Marta Roman.

Yurena Garcia (educadora): «Con la jornada compactada, los alumnos dejan de estar acompañados a las 14.30 h. Sea por las dificultades económicas de su familia o porque los padres trabajan y no están en casa al mediodía, no puden almorzar adecuadamente»

Según las cifras del curso 2016/2017 recogidas por el Síndic de Greuges en su último Informe sobre los Derechos del Niño, en Catalunya hay 310 institutos que no tienen ni servicio de comedor ni cantina, más de la mitad del total de centros de secundaria. En el mismo informe, el Síndic asegura que antes de la implementación de la jornada compactada se garantizaban “oportunidades sociales y educativas que ahora mismo no se están haciendo efectivas para una buena parte del alumnado socialmente desfavorecido”, incluso para aquellos que tendrían derecho a una beca de comedor. En el mismo sentido, el Parlament aprobó en 2017 dos mociones que instaban a cubrir la demanda de comedores escolares en los institutos. Esta reclamación, compartida también desde las entidades sociales, tendría que encontrar respuesta en el nuevo decreto para regular los comedores escolares que debe presentar próximamente el Departament d’Ensenyament.

 

En Fran Pérez, educador del RAI-ESO de Salt, servint el dinar
Fran Pérez, educador del RAI-ESO de Salt, sirviendo el almuerzo

 

Almerzo, actividades lúdicas y refuerzo escolar

Los adolescentes que participan en el RAI-ESO vienen derivados de los Servicios Sociales municipales. En el caso de Santa Coloma, en algunos casos es el mismo instituto Terra Roja quien pone en contacto a las familias con el Casal dels Infants. Sea cual sea el canal, el servicio es una respuesta a la realidad social. Salt, por ejemplo, fue en 2016 el tercer municipio con más paro en Catalunya y el que tenía una mayor proporción de población en paro sin prestación por desempleo, según el Departament de Treball, Afers Socials i Famílies. A esta fragilidad laboral hay que sumarle las fuertes cargas que sostienen las familias: Salt fue en el mismo 2016 el municipio de Catalunya de más de 20.000 habitantes con más familias de más de tres hijos (el 12%).

 

En Javier ha trobat al RAI-ESO un espai de socialització
Javier, el primero por la izquierda en la foto, ha encontrado en el RAI-ESO un espacio de socialización

 

Más allá del almuerzo, RAI-ESO responde a otra gran necesidad: la de ofrecer actividades lúdicas y de refuerzo escolar fuera del horario lectivo. En Salt todos los institutos y escuelas son de máxima complejidad, de acuerdo con los criterios del Departament d’Ensenyament, que tienen en cuenta la situación socioeconómica de los padres del centro, la proporción de alumnos con necesidades educativas específicas y la de estudiantes recién llegados. Esta situación requiere medidas específicas para garantizar el éxito escolar en los centros educativos, tal como han reclamado la Coordinadora d’Ampa de Salt y la plataforma Salt’educa, en la que el Casal dels Infants participa. “Al RAI-ESO de Salt vienen chicos y chicas del institut Salvador Espriu y del Salvador Sunyer. Algunos de ellos se encuentras en aulas de acogida, otros tienen necesidades educativas especiales o están en proceso de alfabetización. El espacio de refuerzo escolar es un apoyo importante para ellos y ellas”, explica Andrea Clemente, educadora del servicio junto con Fran Pérez y Sonia Rodríguez.

Andrea Clemente (educadora): «Hay chicos y chicas que se encuentran en aulas de acogida, otros tienen necesidades educativas especiales o están en proceso de alfabetización. El espacio de refuerzo escolar es un apoyo importante para ellos y ellas»

Socialización, autonomía y hábitos saludables

Ya en la mesa y mientras comen, los adolescentes reflexionan sobre su participación en el RAI-ESO. Javier, que cursa 4º de ESO, llegó de Honduras hace un año y cree que el espacio le ha facilitado la adaptación a su nueva realidad. “Aquí he podido socializar mucho, porque hacemos muchas actividades en grupo. Además, las educadoras me han apoyado al resolver dudas del instituto, sobre todo con el catalán”.

No muy lejos de Javier se sienta Sara, que destaca uno de los puntos fuertes del RAI-ESO: “Podemos decidir cómo queremos que sea este espacio. Hacemos asamblea todos los miércoles y podemos proponer qué actividades queremos hacer y cuáles no nos gustan”. Con esta libertad, las educadoras pretenden que los adolescentes se empoderen y refuercen su autonomía: “Todo lo preparan ellos: sirven la comida, recogen, preparan y dinamizan las actividades… Nosotras, como educadoras, sólo nos ocupamos de dar forma a lo que ellos han consensuado”, explica Yurena. En Salt, Moriba, que tiene 13 años y hace 2º de ESO, ya tiene pensada una actividad para proponer al grupo: “Estaría bien hacer un torneo de futbol o ping-pong”.

Sara (participante): “Podemos decidir cómo queremos que sea este espacio. Hacemos asamblea todos los miércoles y podemos proponer qué actividades queremos hacer y cuáles no nos gustan”

Otro aspecto que tiene en cuenta el servicio es la promoción de hábitos saludables. Hay que comérselo todo, tomando consciencia de la importancia de una alimentación equilibrada, y lavarse los dientes después de comer. “Antes pasaba los mediodías sola, y había días en que me quedaba pendiente del móvil y casi no comía”, explica Sukaima, que hace 4º de ESO y participa en el RAI-ESO de Salt. “Ahora me sigue costando un poco comer, pero Andrea y Fran están pendientes de que lo haga”, añade. En el rato de actividades, además, se organizan charlas con especialistas sobre temas de interés para los adolescentes. “El curso pasado aquí en Santa Coloma hicimos un taller sobre sexualidad y afectividad”, recuerda Javier.

 

Rentar-se les dents després de cada àpat és un dels hàbits saludables que promou el RAI-ESO
Lavarse los dientes después de cada comida es uno de los hábitos saludables que promueve el RAI-ESO

 

Trabajo en red y consciencia

Como es habitual en todos los servicios que requieren coordinación entre diferentes equipamientos con función social, el RAI-ESO facilita que el equipo del Casal dels Infants, los institutos y los Servicios Sociales municipales trabajen en red para mejorar la detección de situaciones de riesgo y mejorar el acompañamiento a familias. Tanto en Salt como en Santa Coloma de Gramenet se realizan reuniones periódicas con el equipo directivo de los institutos, los orientadores pedagógicos, los técnicos de integración social y otros profesionales. “El año pasado había una chica que a menudo tenía ataques de ansiedad, y la psicóloga de Servicios Sociales nos ayudó a entender su contexto y gestionar la situación”, explica Andrea.

 

La Sara recollint la safata després de dinar
Sara recogiendo su bandeja después de almorzar

 

Pese a la suma de esfuerzos, y aunque otras entidades sociales también ofrecen servicios para que los chicos y chicas en situación desfavorable coman en el instituto, muchos siguen sin tener acceso a los comedores escolares. Mientras no llega la respuesta institucional, los mismos alumnos tienen clara su opinión al respecto. Solo hay que escuchar a Sukaima antes de que se levante de la mesa para empezar a recoger: “Tú no sabes si una persona tiene problemas en casa y no puede comer, o si sus padres trabajan y no pueden estar en casa. Todos los institutos tendrían que tener un comedor”.

ReportajePor un almuerzo adecuado y con contenido socioeducativo (también en los institutos)